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Mostrando entradas de agosto, 2012

"En la avioneta sobró un sitio"

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Soy atenta. Escucho. Lo que escucho me gusta. Él escribe: En la avioneta sobró un sitio. Así que me siento cerquita con Iyeoka en los oídos, subo los pies a la silla y bailo... muevo los hombros y descubro su escondite. Finalmente es el vaquero que me inspira. Es muy astuto. Me gusta la astucia... y bailar The yellow brick road song.

Un pedazo de día

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...Y es que ser infinito es ser galaxia, ser estrella, ser polvo del desierto... y es que ser infinito es tragarse las estrellas fugaces, ser espiral, ser amanecer y ocaso. Dos generaciones pueden caminar de la mano por las calles  que son como arterias pavimentadas, tres generaciones son como siglos que se miran a los ojos y aún así los siglos son como instantes que miran al cielo formando utopías, buscando a Dios, llamando ángeles...

La plantada

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La cita era a las dos de la tarde en la estación del metro. Cuando me desperté pensé: Si no voy se escribirá un paralelo, seríamos por siempre dos puntos equidistantes. Sin embargo y resuelta a ir, me puse un jean limpio, zapatos limpios y una camisa blanca, lavé mi cabello y usé unos pendientes pequeños. Dispuse los pasos a su rumbo, el encuentro era un hecho en mi cabeza. Los niños  salían del colegio y el calor tendía al sol los cuerpos como lagartos sedientos. Los carros transitaban en fila india cómo si fueran todos al mismo lugar, a un lugar prometido, como filas de bancos, como un peregrinaje: Salve Dios nuestras almas. Me senté en una de esas sillas curiosas, abrí un libro y quise leer. Si no aparece no habré perdido el tiempo. Pensaba que las tardes son como mantas que mece el viento, pensé en metáforas absurdas: el sol como una moneda de quinientos, la luna como una moneda de doscientos, las gentes como menhires pálidos, las sillas como esculturas para las hormigas, los

Yo tsunami

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Cuando el metro pasa me gustaría gritar una frase inteligente que detenga el tiempo. Soy. La que guarda gritos empolvados en la garganta, la descendiente de Eva, la nieta de su abuela, y la hija de su madre. La hija del don, la hermana del mister, la amiga, la tía, la novia, la enamorada, la histérica, la ezquizoide forma oblicua, un espiral rumbo a la Ibérica, un pedazo de carne volup tuoso, un cerebro que se alimenta de muchas letras desconocidas, la escritura mediocre de los dioses que olvidan, la inspirada en amaneceres que no ve por dormilona. De nuevo la enamorada de sujetos que pasan de largo, la que no ve el amor en las esquinas, pero la que lo intuye en los bordes rústicos y mal cortados. La que no se tiraría de un precipicio, la que inicia conversaciones con el más allá y las deja inconclusas. La que vio venir el tsunami y no le avisó a nadie, la que supo del terremoto y se fue de vacaciones a Ibiza, la que pudo salvar una vida pero le dejó intuir la muerte. La que celebra