El último dragón Hoy estaba recordando un descache mío en Palestina Huila y recordé a mi mostro, mi amor quijotesco, yo Quijote, yo Sancho, él mi Dulcinea del Toboso, mostro Dulcineo. Resulta que Nemesio se estaba leyendo la Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez, el Señor de las sombras de Joseph Contreras. Comentó que el escritor había sido asesinado y que había un halo de misterio en torno a esa muerte. Yo quería preguntar que si la publicación del libro había sido póstuma, pero, precisamente por andar pensando en el Dulcineo de mis sueños (mi one que no es mi one porque mi one es otro y el es el one de otra) pregunté que si el escritor estaba muerto cuándo escribió el libro. Vanezza la otra investigadora dijo sorprendida: ─¡Ay Isa! Qué pregunta tan extraña y reímos. En los viajes uno tiene mucho tiempo para pensar. Es cuando las lecturas que has hecho, se recrean en el cielo, en el paisaje y de repente canciones se animan a ser la BSO del paseo. Miras los ríos qu
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