A dormir loca, hippie de Pollux
Todos tienen un gnomo adentro. Debe ser una palabra antigua la que habita en el interior de cada uno, tan antigua como el mundo y debe ser un verbo conjugado enteramente por el universo infinito. Recuerdo que en una película, una hermosa mujer envió a su gnomo a viajar por el mundo y luego recorrió los lugares que visitó el gnomo. Gnomo cuidador de tesoros subterráneos, sabedor de perlas del ser profundo, custodio de piedras preciosas en la montaña del pensamiento. En algún espacio-tiempo perdí a mi gnomo, o lo empeñé para comprar cicatrices y dolores y quiero recuperarlo. ¿Acaso dónde se pide información por gnomos perdidos en la oficina de cuál ministerio? He perdido la astucia que alimentaba a este ser diminuto. He perdido la gracia con que se paseaba por los corredores de mi mente y quiero recuperarlo, le exijo al universo me repare en daños. Dice el diccionario ilustrado que yace muerto en el extremo inferior de mi biblioteca sin ser evaluado en años de angustioso a