A dormir loca, hippie de Pollux



Todos tienen un gnomo adentro. Debe ser una palabra antigua la que habita en el interior de cada uno, tan antigua como el mundo y debe ser un verbo conjugado enteramente por el universo infinito. Recuerdo que en una película, una hermosa mujer envió a su gnomo a viajar por el mundo y luego recorrió los lugares que visitó el gnomo. Gnomo cuidador de tesoros subterráneos, sabedor de perlas del ser profundo, custodio de piedras preciosas en la montaña del pensamiento. En algún espacio-tiempo perdí a mi gnomo, o lo empeñé para comprar cicatrices y dolores y quiero recuperarlo. ¿Acaso dónde se pide información por gnomos perdidos en la oficina de cuál ministerio?

He perdido la astucia que alimentaba a este ser diminuto. He perdido la gracia con que se paseaba por los corredores de mi mente y quiero recuperarlo, le exijo al universo me repare en daños.

Dice el diccionario ilustrado que yace muerto en el extremo inferior de mi biblioteca sin ser evaluado en años de angustioso aislamiento y sepultado por infinitas hojas lapidarias, que la palabra Gnomo traduce El que viene del mar. También traduce del vientre de la tierra. Pues entonces el gnomo que todo mundo debe tener dentro nos habla en la infinita quietud de la noche, de historias marinas que solo conoce un tejedor de historias obscuras y que abraza el misterio de los entramados celulares de nuestro cuerpo y de más adentro. Estos pigmeos coloridos nos hablarán bien adentro puliendo en definitiva nuestros verdaderos deseos al lado de nuestras habilidades como montañas de tesoros. Por eso debo recuperar mi pigmeo del mar, mi pequeño gnomo cautivador. Pido al universo me repare en mis daños y me devuelva mi gnomo o me restituya un nuevo enano de algún cabalista hebreo. 


De esta forma tal vez deje de verme como la extraña en el espejo. Con mi gnomo de vuelta quizás me aventure al mundo sin miedo, confiada de que en la soledad de la noche no voy sin rumbo al vacío y que más allá no se requiere pisar una tierra firme sino que me baste con la infinitud plena. El universo es la casa, mi casa es mi cuerpo yo soy el universo, universo es hogar. A dormir loca, hippie de Pollux. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un pedazo de día

Día #19 A un día de nimiedades. Música después del ocaso

Mi gato no se llama Azucena. Una Carta para Vane.