La botella de juerga y borrachera
En la mañana hay poesía. El sol con pereza despeja las sombras. Lo ideal sería un abrazo, un beso de buenos días (y otras tantas cosas que harían un día perfecto) llega el boceto de una idea que si no escribes de inmediato, inmediatamente olvidas... Lo ideal, es que idealmente estuvieras a la derecha de mi cama y no me hicieras ningún desayuno, aunque sería un detallazo. Cómo celebras un gol?? dices gol y sigues escribiendo. Afuera hacen un sisma del evento, el sunami efusivo de la victoria se cuela por las ventanas de mi cuarto. Yo pienso: -Gol? bieeen!!! y sigo escribiendo, leyendo, pensando, y riendo. Si has dormido bien piensas en tu sueño. Toda la noche por ejemplo, me estuvo persiguiendo una cometa de colores ligth, en un paisaje cool. Para mi no fue un sueño, fue una plena pesadilla, a pesar de sus colores. Ya me las he tenido que ver con la resaca, pero la de la noche anterior ha sido palpitante y sepia. Como un tango arrabalero, como un bolero que te busca perdido entre sueños