Locura inconclusa
Resbalando de un lado a otro por enormes corredores. Pisoteando momentos, momentos masticados por los pies. Arrastrada por “vainas” que no se entienden, despedazada por una fuerza voraz que hace de la bezaca un enorme campana. Tilín!! y la vibración dura para siempre. La enorme pared nunca fue derrumbada, al parecer seguirá ahí por el resto de los días... No te romperás maldito cristal? Y por qué no puedes parar de hacerlo? Pobre Franz, entiendo a Franz, pobre Virginia, entiendo a Virginia. Te duele la cabeza? – si, un poco. Pues tómate una pasta… pero qué maldita pasta quita esto del pecho? Es una guerra entre el ruido y nada… nada, luego más ruido. Ruido, luego solo un poco de silencio. Silencio… y te prolongas… extensión de silencio. Y es un mal necesario… y amo el silencio porque es un respiro, porque es una exhalación. y escribiré historias de muchachos que se pierden en los bares y muchachas que fuman con boquilla, solas en las calles, con los labios muy rojos en callejones oscuros. Y las palabras me hacen falta.
Tramposas!! Las odio, las leo, me las trago, las vomito, las amo, las llamo, las violo, las pervierto, las estripo, las estiro, no me dejan. Me traicionan!! Te duele el pecho? –Sí, un poco. Frótate dos deditos de vic vaporub. Y cómo le llevo jarabe a la profundidad dónde duele? Cómo demonios llevo cura allí donde ni yo misma puedo llegar? Que te rompas cristal!!! Llegaste cuestión odiada… no necesito preguntarte pregunta… por qué llegas cuando no te quiero, preguntita maldita y odiosa.
Te duele la cabeza? –Qué sí!! Te dije que me duele la cabeza, que no puedo tomar una pastilla que cure la profundidad donde duele y que no me tragaré el maldito vic vaporub… que me meteré en alguna distorsión de algún tango electro, que me meteré en un bolero y cuando me deprima en un bolero, me escaparé a alguna cancioncita simpática de los ochenta, luego contaré historias de muchachos que se pierden en un bar y de muchachas que se pierden en algún arrebol. También me duele el pecho, y sigo cayendo por una garganta… Rolling stones, all you need is love dicen los Beatles. Hoy no le creo a los Beatles, ni a nadie. All you need is love. Callen a los Beatles. Te gustan los Beatles. Me gustan, pero hoy no me gusta nada… siempre hay cosas para hacer pero hoy todas me aburren…
Vuélate cabecita, que te persigo, que te cayes, que no puedo, que te dejo, que no puedes. Las historias de amor están en los libros… ahh sii, y hay qué salir a oler las flores, talarear una cancioncita dulce de amor, la de titanic sirve, y saltar como niños al compás que solo conocen los enamorados… quién cree todavía en eso!!!!!! Cuál compás!!!
Mmmm, bueno, entonces hay que ir recitando versos que se aprenden de memoria en un allegrísimo beetbetiado!!! Qué noo!!! Hay que ir a los bares a perderse con los muchachos que cuentan historias de muchachas que se pierden en arreboles, y fumar con boquillas en labios muy rojos…
Y después ir por la maldita pasta… aunque no cure donde duele.
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