De cuevas supersónicas y su respectivo homo
Dejar de escribir sobre el hombre supersónico, hablar tal vez del reloj de arena y del tiempo finito de
los orgasmos, el tiempo contado mientras se muere en las vías del tren y los
restos del pacto son el suspiro y el desgano. La humedad se aventaja en las
sábanas y dos cadáveres yacen en la almohada, sin respirar y con el aliento
enmohecido, con las palabras empeñadas en el deceso. La paz de algunas
cavernas, se parecen a sus cavernícolas. Unas están llenas de libros y pensamientos,
de especias en la cocina, de gatos y juguetes. Otras en cambio están llenas de
vacío y suciedad, de humedad y abandono. Unas están llenas de letras y de finos
detalles, de molas y discos, de dinosaurios, de hojas en el piso, de máquinas
de escribir y de vasos de ayer, algunas huelen a cigarrillo, otras a wiski, a
cerveza o a incienso. Las cuevas más
peligrosas son las autónomas y solitarias, las que suenan a jazz y a horas
enteras de trabajo y pensamiento antigregario y eremita, las que huelen a
incienso y a especias, las gentiles y risueñas. El homo que la habita tenga tal
vez el paso seguro y certero. Atención en esta cueva, moverse con sumo cuidado,
pues cada cosa está tan afinadamente puesta en esa galaxia de objetos, que
cobran al mismo tiempo una vida silenciosa y se mueven como los gatos que las
caminan, esa mañana tal vez suene a lugar perdido en el tiempo, a habitación de
hotel de una autopista conocida en sueños. Atención, no debes salir corriendo
de esa cueva, debes salir como una fina bailarina de ballet y dejar tu canto
colgado del ascensor, dar las gracias y dejar un abrazo en el perchero. Tal vez
el homo recuerde esa mañana y la anexe como una pequeña galaxia al infinito
universo de su estricto orden. Sal y abraza las nubes, porque la vida se llena
de colores y caricaturas cuando sonríes. Baja despacio de Itzel, y baja a la
tierra a bailar el jazz del jardinero, del hacedor, el son del gaitero y tu
propia improvisación. Camina en seis octavos y que tus aves canten en clave de
fa sobre el pentagrama.
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