Tu cuerpo no será nunca más Omagua



El Dorado se ha vuelto este día a día bajo esta luz, conquistando imaginarios de potencial realidad mientras el café está caliente y las páginas cortan mis dedos. Hoy es un constante pasar y pasar de hojas como instantes y no necesito de afuera. Cuando me enfrente a los lobos de nuevo, tendré la astucia de Mowgli y la inteligencia de Elizabeth, seré un indígena de Omagua, me habré inventado el amor... y habré acertado. Nada más me hace falta porque olvidé la geografía de tu cuerpo. 

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