Una Alerta para mi mente



Creo que he tocado fondo. He llegado al final del pozo que se ha vuelto mi mente. No controlo mis afectos, no controlo mi cuerpo, no controlo mi mente. Si no he tocado el fondo aún estoy muy cerca de darme un golpe, de topar con las últimas piedras, esas que van a lastimarme. ¿Acaso nadie lo piensa? Me he lastimado una rodilla y no supe cómo sucedió, ¿acaso nadie se conduele? Los vi en un momento de la noche, a todos discutiendo como animales, se hablan duro, se quieren con un amor que no puede ser cierto, cantan y ríen como si no hubiera mañana. Cuando el mañana llega les duele la cabeza y juran no volver a hacerlo. Eso he sentido en la mañana. Timbré y no me abrieron, entonces volví a la fiesta. No me controlo y bebo más líquido amargo, o ¿acaso a qué sabe ese chirrinchi, ese licor asquiento, esa agua de los infiernos?

Si no he tocado fondo, voy, muy consiente de ser la espectadora del abismo, la Alicia en ese extraño país que es el no recordar dónde y cómo se estuvo en ese breve pasado que se queda enlagunado en algún rincón de algún olvido. Muy temprano, una voz me recordó que tenía consciencia y me ha dicho: -Despierta Alicia. Y desperté y recordé que no me llamo Alicia y también recordé por qué es que no me gusta el abismo. La vida OM se me hace lejana, no tengo paciencia de ser Om, tampoco tengo la tranquilidad para serlo, soy al extremo ansiosa y sí, no quería decirlo, mi EGO me lo impedía, pero lo soy, soy un caos.

¿Por qué lo hago una y otra vez? ¿Por qué vuelvo con tanta insistencia a las recónditas tierras de mi mente donde no me agrado y donde soy un monstruo? Debo salir de esto, llevo al menos ocho años en este reloj de arena, quiero salir de aquí y no volver a esas tierras a las que debe conducirme solo el sueño en mis pesadillas por la insistencia de mi mente en recordarme no sé, que estoy preocupada porque un proyecto no sale, pero no ir yo conscientemente al matadero, no soporto sentirme tan imbécil. Estoy ahí parada buscando una solución en una tierra movediza y no hallo un lazo que me una al mundo cotidiano de lecturas felices como hace tiempo, de guitarras tímidas pero que eran mi voz más profunda y la voz de mis verdaderos deseos. Creo que he observado el fondo y no es agradable verse tan tirado en la tierra del soslayo.

Alguien me ha dicho que le pida a San Benedicto que me ayude pero cómo explicarle a esa parte de ti que ha estudiado el arte de los santos y que no cree en ninguna cruzada de ninguna iglesia. Debo salir de la manera más razonable posible y no seguir sintiendo este ridículo impase, esta burla a mí misma, esta desconexión con mis deseos, no soporto más tanta incoherencia dentro de mi cuerpo, tanta incompetencia de mi mente.


Soy un laberinto inconfesable y me tolero laberinto, pero no me tolero imbécil e incompetente, debo alertar mis fosas coherentes de mi mente. Esto no anda nada bien, esto, esto que soy yo, este descontrol, debo agarrar las riendas de este caballito de Troya que me está alterando los deseos, debo abandonar este carro destartalado y loco que me lleva más allá del abismo. Debo volver a ser una good girl y que la oscuridad se debata en las sábanas y no en el cotidiano que debo procurar sea tranquilo y no bohemio. Debo volver a abordar lo fantástico como aconseja Borges, a pie y con esfuerzo, no en la irrealidad del aturdimiento. Ya anda bastante jodida la realidad como para agobiarla con irrealidades. Buscaré lo real maravilloso a pie y con esfuerzo, pues creo que el camino del fuego solo le vino bien a Novalis. Se acabó este pozo. Buscaré ayuda. Nadie puede ayudarme. Yo soy mi ayuda. 

Comentarios

... ha dicho que…

Tus laberintos y tus monstruos me gustan más que las certezas y complacencias de muchos. Me encanta leerte Isa!

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