No me culpe por "delirosa"


Usted lo ha dicho. Usted. El que debo olvidar, el olvidado, el que no llora, porque nunca está. Yo en cambio vuelvo a ser. La que sufre de insomnio, la olvidada, la que nunca estará, (pregunte si importa eso al delirio del delirante) la que ama con locura, la que se saca palabras del lado  oscuro de la luna, la que queda feliz con dos palabras, la espía amigo, la espía... yo también quiero recorrer el mundo, yo también estoy entre dos aguas, yo también he visto la muerte, yo también creí en flores azules, yo también soñé con Novalis, yo también se de la locura, yo también me fugué de Venus y fui amiga de Hipatia. He tenido tantas cosas? he perdido tantas otras? En cambio usted. Fue mio en el campo oscuro de la luna, lo hizo mio una palabra que me robé de un cráter (de esos que tienen nombres tan bonitos que parecen poemas), se me atravesó en la garganta como una espina y fue pura casualidad (porque yo no iba para allá sino para otro lado y fíjese que esa noche lo escuché y se me ancló su voz en mi orilla como si viniera del pasado o de Hades), se me pegó en el corazón como una costra porque un acorde suyo me arregló la neurona que dirigía mis utopías en una noche viciosa y no pude despegarme la nicotina de su encanto, amigo Orfeo. Me di cuenta el 12 de febrero del 2014, porque se me resucitó el desespero de leerlo y descubrí, como una epifanía, que ES, el infierno que vio a Dios y el olvido. Que es el teléfono del cielo, que sigue siendo el último dragón, que es parte de mi olvido cotidiano y que no dejaré de sonreír al descubrirlo travieso y niño. Que hace parte de mis deformaciones mentales, de mi surrealismo manifiesto, que es como si estuviera del otro lado del espejo, que es uno de los personajes de los cuentos de mujeres solas. Que aquí está porque soy terca y que se va porque así es el viento. Que seguirá porque tiene la fuerza del mar y esto que dejo que se mueva adentro, el potencial de la ola. Yo también estoy entre dos aguas, entre irme y quedarme. No me voy porque ya soy un fantasma, no me quedo porque soy más grande que mi cuerpo.Yo lo vi  primero amigo astuto, así que, técnicamente, soy yo quien le hace a usted su primavera. 



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