Día # 17 Polaroid. Angelita y el diapasón



Veinte días de nimiedades


Cinemascope: Panorámica Santa Cruz de Lorica, 2001. Angelita ha muerto. “El ruido se aleja con el La de urgencias” Nos dijo una vez Augusto en Córdoba, sentado en su mecedora y pegado a una pipeta de oxígeno. Miraba su acordeón abandonado en un extremo de su sala, alumbrado por una luz pegajosa que entraba por la ventana y al lado en una mesita cubierta por un mantel de croché lleno de polvo, la foto de su Angelita, joven, llena de música. -Fue lo último que escuchó mi Angelita- dijo, con los ojos en la memoria. -Cuando uno muere- repetía don Augusto- Lo único que se lleva es un La. Una notica musical. Porque es el sonido del cielo, porque es el sonido que retumba en el cuerpo, en los huesos. Mi Angelita escuchó el La y luego vio al ángel. Es lo único que cura la cabeza. Escuchar un diapasón. Yo no estoy sordo entonces, yo tengo el La infinito, el La que se llevó a mi Angélica- Sonríe Augusto, bebe su ron y se duerme. (Fundido encadenado: Angelita tejiendo un mantel de croché, Augusto toca su acordeón. A los pies de Augusto una cajita y en la cajita, un diapasón oxidado) 

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